lunes, 7 de noviembre de 2016

La soledad de la puta


Quiero hablar y reflexionar  con ustedes de la soledad de la puta, hablar de esa soledad tan desigual que ya es obscena.

Soledad que es atravesada por relaciones de poder sobre ese cuerpo y subjetividad; para que no puedan pensarse y verse por fuera del ejercicio de expropiación y explotación a la que están sometidas.
 
Sonia Sánchez
¿Alguna vez lo pensaron eso?, esta soledad que vine acompañada y sostenida por  la omisión de muchas y muchos, por programas incompletos, por programas de prevención, ¿prevención de que? ¿de salud? ¿de trafico?,. ¿de violación?

 NO, No se puede hablar de prevención cuando hay hambre, cuando hay necesidad de un trabajo, de un techo propio, cuando no se sabe leer ni escribir, cuando se quiere vivir dignamente y la señora burocracia y miles de requisitos les dice no, cuando no se es libre.

Como trabajar el tema de explotación, de prostitucion cuando estas personas no se las escucha, no se las ve, cuando gran parte de esta sociedad tiene un rol silente y a la vez verdugo, ante esta situación.

Como trabajar la fragilidad en estas mujeres, como  despertar esa fragilidad en las personas que tienen un puesto de poder, en lugares claves, para que haya un cambio,

Es distinto leer un libro sobre la explotación a escuchar una persona que lo fue, leer sobre la prostitucion cuando hay putas que quieren vomitar tanto dolor verbalmente, y se les tapa la boca con forros, y con una caja de alimentos.
   
 Con el hambre no se negocia, no hay negociación posible. Y de eso las putas y en particular las mayores lo saben, lo padecen, y lo viven a diario.

Rostros surcados por el tiempo, cuerpos avejentados, gastados, golpeados, atravesados por el miedo, la vergüenza, y hoy por el sida. 

Dios, si ya era brutal ser puta, y vieja ¿te imaginas con sida?  No, no hay imaginación posible que pueda transportarte  a ese lugar. Todo mi ser se convierte  en un cuerpo vibrátil  mirando la realidad sin maquillaje, sin ese polvo  que suaviza y tapa. Pero  no vasta con ello, se necesita de más, se necesita trabajar los prejuicios de cada uno y una,  de políticas de empleos capaces de contener y fortalecer una subjetividad más libre,    

Mi fragilidad estalla  en mil gritos, en impotencia, en rabia, y bronca. Siii, solo le cuesta 5 pesos al sida ser uno más que ocupa, usurpa, expropia, y abusa  de ese cuerpo hambreado, para seguir enmudeciéndolo.

Mirando la cara del hambre prostituido, no puedo seguir callada, menos cuando las/os legisladoras/es quieren reglamentar esta esclavitud, convertirlos en empresarios a los proxenetas, cuando  el ministerio de salud bonaerense ( Claudio Mate)apoya y fomenta guetos sanitarios para  las prostitutas, cuando  sindicalistas, ongs,  hombres y mujeres apoyan esta esclavitud, explotación sexual como trabajo y profesión, a ellos les digo “cuando comienza los talleres de formación profesional para ser putas”, ¿se lo recomendarían a sus hijas como una profesión mas  como ser abogada, doctora, enfermera,  maestra, periodistas…… ?.

Todos estos neoliberales junto con los usuarios son  los que te educan para ser  una puta productiva y sumisa,  hoy en esta sociedad  que tiene como eje central el consumo y la comunicación, a las putas se las aísla y se las mantiene a todas juntas, sin posibilidad de crear nuevas relaciones, de gozar de los beneficios que tienes como ciudadanas(ejem los hospitales) eso hacen las/os fiolas/os, no dejan  que hables, que te relaciones con otras personas, (en el mundo de la prostitucion le llamamos a estas otras,   locas sueltas, no tienen fiolos), de esta manera el control que se tiene  sobre  ese cuerpo es absoluto.

A partir de ese control se obtiene toda la información para armar proyectos, para  vivir de la prostitucion ajena, para hacer una introspección sobre sus miedos, deseos, angustias, por que hoy ya no alcanza con solo estudiar  la vagina de la puta.

   
      Sonia Sánchez
  AMMAR-CAPITAL.






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